miércoles, 8 de enero de 2020

LUCHAMOS CONTRA LA EXALTACIÓN DE LA IGNORANCIA, LEEMOS LOS CLÁSICOS

Hegel en el Prólogo a la Fenomenología del Espíritu1, dice palabras más, palabras menos, que el conocimiento es un proceso dialéctico en constante desarrollo, donde todo el camino recorrido por la humanidad debe servir para el desarrollo del ser humano como individuo. Gracias a ello, los problemas que antiguamente eran complejos, hoy son, incluso, juegos de niños, así, nosotros debemos continuar el camino teórico y práctico desde aquellos puntos más correctos y progresistas del conocimiento universal. Como dice Stalin, “el pensamiento humano ha tenido que sufrir muchas pruebas, ha tenido que pasar por muchas
penalidades y muchos cambios antes de llegar al socialismo asentado y desarrollado sobre bases científicas”2. Gracias a los clásicos del marxismo (Marx, Engels, Lenin y Stalin) que lograron crear y consolidar la teoría y método del proletariado (el materialismo dialéctico) tenemos la suerte de no tener que hacer un trayecto innecesariamente difícil. La teoría es la síntesis científica de la práctica acumulada y nos salva de cometer errores previsibles.

Dicho esto, dominarlo requiere un estudio vigoroso.

Lenin en Tareas de las Uniones de Juventudes dice que “sólo se puede llegar a ser comunista cuando se enriquece la memoria con todo el tesoro de conocimientos acumulado por la humanidad”3, es decir, tenemos que asumir la tarea de investigar, estudiar y aplicar la mejor y más avanzada producción intelectual a lo largo y ancho de la historia.

No obstante, la izquierda pequeñoburguesa que ejerce un dominio sobre el movimiento comunista internacional, menosprecian los avances y el valor del socialismo científico; ella insiste, en algunos casos, en volver a discutir sobre problemas ya resueltos, pero en otros mucho peores, en negar la existencia de dichos caminos recorridos, es decir en negar la ciencia. No solo se rehúsan a aprenderla sino que además la omiten y retornan eternamente a aquellas cuestiones primarias que son apenas “sombras borrosas”, como las nombra Hegel.

Así pues, tenemos entonces a varios tipos de comunistas lamentables que “representan formas distintas de manifestación de una misma tendencia histórica”4; los llamados “posmarxistas” (liberales) que aseguran que se deben desechar y superar a los Clásicos; las diferentes corrientes ‘comunistas’ que llaman a la revisión de los Clásicos”; los supuestos anti-revisionistas que reconocen la posibilidad de que “los Clásicos pueden cometer errores en temas de principio, así abriendo el camino para el trotskismo, etc.

Sus “teorías” para negar el inmenso valor científico de los Clásicos son abundantes, pero tienen en común el hecho de no haber tenido un solo éxito en la lucha práctica. Ellos no son ni siquiera una gota de agua, frente al océano que representa el majestuoso aporte práctico y teórico de Marx, Engels, Lenin y Stalin.

Querer estar en el camino correcto nos exige, dedicar nuestro tiempo al estudio y aplicación rigurosos de la única teoría verdadera (y todas aquellas que contribuyeron a su edificación): el marxismo-leninismo, sin esa verdad de nuestro lado no seremos más que charlatanes engañando a la clase obrera.

Escrito por: Violeta Roja

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1HEGEL, G.W. Fenomenología del Espíritu. Méxıco: Fondo de Cultura Económica, 2003. Pp. 20 - 21.
2STALIN, J. El Partido Socialdemócrata de Rusia y sus tareas inmediatas. Obras Completas, tomo I. Moscú: Lenguas Extranjeras, 1953. Pág. 9.
3LENIN, V. Tareas de las uniones de juventudes. Obras Completas, tomo XLI. Moscú: Editorial Progreso, 1983. Pág. 311
4LENIN, V. Prólogo a la recopilación "En 12 años". Obras Completas, tomo XVI. Moscú: Editorial Progreso, 1983. Pág. 117