martes, 13 de abril de 2021

PERLAS FEMINISTAS: SUELDO A LAS AMAS DE CASA

En Colombia y el mundo entero, esa deformidad “intelectual” llamada feminismo está ganando mucho terreno dentro de las filas de mujeres explotadas; sin embargo, es necesario ir desmontando poco a poco su incapacidad teórica y práctica gracias a lo rotundamente opuesta que es tanto a los intereses de la clase obrera como a la única teoría revolucionaria existente: marxismo.

Una de esas tantas propuestas que andan jalonando desde hace varios años “nuestras amigas” pequeñoburguesas, es el pago de salarios para las amas de casa (Ley de la Economía del Cuidado, en Colombia) argumentando que es el Estado quien debe asumir políticas asistenciales para tan valioso “trabajo”1, claro, ellas evitando a toda la costa la destrucción de la burguesía, no se les ocurre pensar ni tampoco admitir, que la desigualdad entre hombres y mujeres solo desaparecerá con el comunismo, la extinción del desempleo y la participación total de la mujer en la fuerza laboral. Pero esta petición idealista, es fácilmente refutable, ya veremos por qué.

Engels en El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, expone desde la antigua Grecia la familia no tenía otro sentido más que el de tener una mujer a su servicio y al cuidado de los hijos; hay que recordar que en la polis, la mujer, los niños, los ancianos y los esclavos no tenían derecho a participación alguna, no podían hacer uso de su voz ni de su conocimiento para participar de los asuntos del Estado, su lugar estaba en la esfera privada; aunque por supuesto hoy, las mujeres han conquistado el espacio público que durante siglos les fue negado, el solicitar que ellas ganen salarios por parte del Estado o el explotador, es volver a encerrar a la mujer en casa, impedirle su desarrollo personal e imprimirle nuevamente la etiqueta de que su trabajo está en el hogar velando por la familia.

Marx nos dice en Trabajo asalariado y capital, que el salario es: “el precio de la fuerza de trabajo, o lo que suele llamarse precio del trabajo” del obrero para “asegurarle los medios de vida necesarios”, es decir, para poder comer, vestir y reponer las energías gastadas en una jornada laboral; y también agrega que el precio de la fuerza de trabajo también incluye los gastos más necesarios de la familia del trabajador porque él debe criar nuevas generaciones de trabajadores para que el capitalista les explote.

Ahora, las feministas que no tienen ningún conocimiento de los conceptos básicos de la economía política dicen que la mujer trabaja en la casa sin ningún tipo de remuneración económica, no obstante, como explicamos arriba el salario también incluye la reproducción de la mano de obra, es decir, la parte que será destinada a la crianza de los hijos para multiplicar a aquellos que serán explotados en el futuro; y con esto no quiero defender ni los bajos niveles del salario, ni su existencia solo quiero señalar lo que existe dentro del capitalismo como una realidad objetiva. El que duda de esto, debe responder a la pregunta ¿de qué viven las amas de casa, su comida cae del cielo o es a través del salario de su esposo que se alimenta?

El caso de concreto de Colombia, presentando las estadísticas de la participación de la mujer en la producción desde 1950 hasta hoy nos facilitara visualizar la idiotez de tal reivindicación feminista.


Grosso modo, a pesar de que el capitalismo en Colombia se empieza a desarrollar a finales de 1.800 y principios de 1.900, todo este período hasta finales de los 70’s, la producción del país fue primordialmente agraria. En 1980, se acelera el desplazamiento de campesinos hacia la ciudad. Y finalmente, en 1990, Colombia tiene su apertura económica. Desde el 2.000 hasta hoy, la tasa de mujeres que hacen parte de la producción, ha oscilado entre el 39% y el 59%. Según el DANE (el órgano oficial que emite las estadísticas del Estado), para el trimestre diciembre 2020 – febrero 2021, la tasa de ocupación de las mujeres fue del 39,7%, sin embargo, la mitad de ellas, trabajan en la informalidad.

Vemos que las condiciones objetivas, las necesidades de los capitalistas en Colombia saca a la mujer de su casa, le hace ganar su independencia económica, la pone en una posición social donde puede participar de la lucha de clases.

¿Trabajar y luchar contra los patronos? “¡No!” -gritan las feministas-, “es mejor que se queden en la casa y que el Estado benevolente les de su salario a cambio de limpiar, cocinar, etc.”.

Pero los comunistas respondemos: “No, la mujer debe salir de su casa, participar en la vida social, trabajar, luchar por sus derechos, por el comunismo que es la única formación social donde la igualdad verdadera entre el hombre y la mujer existe”.


Escrito por: Violeta Roja

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1https://web.facebook.com/MesaEconomiaDelCuidadoAntioquia/videos/386190099399974/?t=308