Hoy también tenemos ante nuestras narices tales engaños con eso que pregona la socialdemocracia colombiana de arrebatarle el poder político a los uribistas y entregárselo a un sector “democrático”, “humano” que instaure un capitalismo de “nuevo tipo”. No son más que fracciones burguesas en pugna, en busca de expandir su falsa democracia.
Embauque total hecho a los obreros y campesinos de este país por los oportunistas de izquierda parlamentarios y dirigencia guerrillera revisionista, cuyos líderes revolucionarios y dirigentes sindicales, políticos y guerrilleros, ante los grandes dioses juraban destruir la máquina de opresión burguesa y conquistar la dictadura de obreros y campesinos. Y ahora, cuando los oprimidos están en constante fermentación y movimiento en las calles debido a la masacre incesante a la que están siendo sometidos, si no por la explotación laboral y la más horrorosa pobreza y hambruna, por falta de atención médica; aparecen estos incrédulos, haciéndoles creer que la burguesía va a dar una facción de su poder; que expandirá su “democracia pura” como si fuesen a retroceder en sus pretensiones de dictadura de clase y acoger el sentir de los trabajadores, eso sí, manteniendo la máquina hecha exclusivamente para succionar el trabajo asalariado en beneficio del capital, la república democrática burguesa.
¡El papel de los revolucionarios en Colombia es combatir con nuestra arma más potente: el marxismo-leninismo; dar la lucha en el plano económico, político y, principalmente, ideológico contra los capitalistas y desenmascarar a los falsos representantes de la clase obrera y oprimidos de este país!