viernes, 26 de agosto de 2022

EL CAPITALISMO Y LA INMIGRACIÓN DE LOS OBREROS - LENIN

El capitalismo ha creado un tipo especial de migración de los pueblos. Los países que se desarrollan rápidamente en el aspecto industrial, instalando más máquinas y desplazando del mercado mundial a los países atrasados, elevan el salario por encima del nivel medio y atraen a obreros asalariados de los países atrasados.

Cientos de miles de obreros son trasladados de este modo a centenares y millares de verstas. El capitalismo avanzado los absorbe a la fuerza en su vorágine, les arranca de sus comarcas atrasadas, hace de ellos participantes del movimiento histórico-universal y les pone frente a frente de la poderosa, unida e internacional clase de los industriales.

No cabe duda de que sólo la extrema miseria obliga a la gente a abandonar su patria y de que los capitalistas explotan con la mayor desvergüenza a los obreros inmigrantes. Sin embargo, sólo los reaccionarios pueden cerrar los ojos ante la significación progresista de esta migración moderna de los pueblos. No es ni puede ser posible redimirse de la opresión del capital sin el sucesivo desarrollo del capitalismo, sin la lucha de clases que es consecuencia suya. Y precisamente en esta lucha incorpora el capitalismo a las masas trabajadoras de todo el mundo, quebrando la rutina y la rudeza de la vida local, rompiendo las barreras y los prejuicios nacionales y agrupando a los obreros de todos los países en las grandes fábricas y minas de América, Alemania, etc.

Norteamérica figura a la cabeza de los países que importan obreros. Véanse los daros sobre el número de inmigrantes en Norteamérica:
El aumento de la inmigración es enorme y cada vez mayor. En un lustro, de 1905 a 1909, emigraron por término medio a Norteamérica (sólo se trata de los Estados Unidos) más de un millón de personas al año.

Además, es interesante el cambio en la composición de los emigrados (de los inmigrantes, o sea, de los que se establecen en los EE.UU.). Hasta 1880 predominaba allí la llamada vieja inmigración, de los viejos países cultos, Inglaterra, Alemania y, en parte, Suecia. Incluso hasta 1890 Inglaterra y Alemania daban juntas más de la mitad de todos los inmigrantes.

A partir de 1880 comienza el aumento increíblemente rápido de la llamada nueva inmigración, de Europa Oriental y Meridional, de Austria, Italia y Rusia. Estos tres países dieron el siguiente número de inmigrantes a Norteamérica:
Así pues, a los países más atrasados del Viejo Mundo, en los que perduran más supervivencias del feudalismo en todos los órdenes de la vida, se les somete, por decirlo así, al aprendizaje violento de la civilización. El capitalismo norteamericano arranca de su situación semimedieval a millones de obreros de la atrasada Europa Oriental (incluida Rusia, que dio 594.000 inmigrantes en 1891-1900 y 1.410.000 en 1900-1909) y los pone en las filas del avanzado ejército internacional del proletariado.

Es interesante la observación de Gúrvich, autor del libro inglés, extraordinariamente instructivo, La inmigración y el trabajo, que apareció el año pasado. El número de emigrantes a los EE.UU. se elevó sobre todo después de la revolución de 1905 (1905: 1.000.000; 1906: 1.200.000; 1907: 1.400.000, y 1908-1909 a razón de 1.900.000 por año). Los obreros que habían participado en toda clase de huelgas en Rusia llevaron también a Norteamérica el espíritu de las huelgas más intrépidas, acometedoras y amplias.

Rusia se rezaga cada vez más, entregando al extranjero una parte de sus mejores obreros; Norteamérica avanza con creciente rapidez, tomando de todo el mundo la población obrera más enérgica y capaz para el trabajo*

Alemania, que marcha más o menos al mismo nivel de Norteamérica, se transforma de país que facilitaba obreros en país que absorbe obreros extranjeros. El número de emigrantes de Alemania a Norteamérica, que alcanzó 1.453.000 en el decenio 1881-1890, descendió a 310.000 en los nueve años comprendidos entre 1901 y 1909. En cambio, el número de obreros extranjeros en Alemania fue de 695.000 en 1910-1911 y de 729.000 en 1911-1912. Si examinamos la distribución de estos últimos por el trabajo que efectúan y por los países de origen, obtendremos el siguiente cuadro: 
Cuanto más atrasado es un país, tanto más suministra obreros sin calificación, peones, jornaleros agrícolas. Las naciones adelantadas se apoderan, por decirlo así, de las mejores formas de salarios, dejando las peores a los países semibárbaros. Europa en general (“otros países”) proporciona a Alemania 157.000 obreros, de los cuales más de las 8/10 partes (135 de 157) son obreros industriales. La atrasada Austria sólo facilita 6/10 partes (162 de 263) de obreros industriales. Rusia, la más atrasada, únicamente 1/10 parte de obreros industriales (34 de 308).

Así pues, a Rusia la golpean en todas partes y por todos los lados a causa de su atraso. Mas los obreros de Rusia, en comparación con el resto de la población, son los que más se libran de este atraso y barbarie, los que más se oponen a estos “agradables” rasgos de su patria y los que más estrechamente se funden con los obreros de todos los países en una fuerza libertadora mundial.

La burguesía azuza a los obreros de una nación contra los de otra, tratando de dividirlos. Los obreros conscientes, comprendiendo que es inevitable y progresiva la destrucción de todas las barreras nacionales por el capitalismo, procuran ayudar a la ilustración y organización de sus camaradas de los países atrasados.

Publicado en Za Pravdu, núm. 22, 29 de octubre de 1913
 
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* Además de los Estados Unidos, otros países americanos también avanzan rápidamente. El número de emigrados a América en el último año se elevó a unos 250.000; al Brasil, a casi 170.000, y al Canadá, a más de 200.000. En total, 620.000 emigrados en un año.